Apuntes del libro: PEQUEÑA HISTORIA DE NUESTROS PASOS DE SEMANA SANTA

La antigua Hermandad de Labradores de Pamplona sacaba años atrás un modesto paso, conocido como «La Despedida», que ya hacia el año 1922 desdecía un poco de los otros, más artísticos en general, que desfilaban en Viernes Santo por las calles de nuestra ciudad, por este motivo,  la Hermandad de la Pasión trató con la de Labradores con objeto de mejorar el paso. Las gestiones prosperaron, y como fruto de este entendimiento se encargó el nuevo de La Entrada en Jerusalén.

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Su autor fue el malogrado escultor pamplonés Ramón Arcaya, y el paso, verdaderamente inspirado, se entregó en 1924.


Al principio tenía dos figuras más en la parte delantera: una postrada y otra levantando en brazos a un niño, que envolvían materialmente la imagen del Señor, dificultando la visión, por lo que años más tarde fueron suprimidas.

El escritor Manuel Iribarren, fallecido en 1973, escribió de este paso: «Posee el grupo calidades plásticas y la composición es original, aunque a mí me recuerda las ilustraciones bíblicas de Gustavo Doré, en las que acaso se inspiró. ¡Lástima que premuras de tiempo le impidiesen trabajar todas las tallas con su propia mano!».

El primitivo paso de La Despedida figuraba ya en nuestra procesión, que antiguamente salía del desaparecido Convento de la Merced, en los años del reinado de Fernando VIl. Un acta municipal de 1828 menciona «los pasos de La Despedida, Cristo Alzado, Sepulcro y Soledad, que son los que únicamente salen hace algunos años», parece ser que la ocupación napoleónica supuso una notable crisis en el desarrollo de la procesión pamplonesa. Por entonces fue preciso esconder los antiguos pasos, perdiéndose algunos, por lo que, como hemos visto, en los años sucesivos únicamente figuraban cuatro.

En un folleto que explica el orden y significación de las alegorías y grupos que desfilaban en la procesión de 1888 se dice de este de La Despedida: «Este paso es propio de la Hermandad de Labradores de Pamplona, que sigue sosteniéndolo a su costa, puesto que esa Hermandad no ha podido refundirse como las demás en la de la Pasión, por no permitirlo la especialidad de sus estatutos.

Dicha piadosa Hermandad, excitada por la de la Pasión, ha renovado la plataforma y vestiduras del paso, con el propósito de contribuir de esa suerte a los de ésta en la reforma de la Procesión.

Como hemos visto, este antiguo paso, cuyo paradero desconozco, fue sustituido por el actual de Arcaya el año 1924.

Con él acostumbra acudir la Hermandad todos los años el Domingo de Ramos al Palacio Episcopal, para la bendición de las palmas que efectúa el señor Arzobispo, celebrándose después una breve procesión.

 Juan José Martinena Ruiz